(…)-“Entonces, ¡que me bajen muerto!, porque sobre ella siento que viviré eternamente”.

“Pasión, un sentimiento de puro entusiasmo y alimentado por el irresistible deseo por alguien o por algo.” (RacerTv).

.¿QUÉ TAL, LA GENTE?

Me imagino que la imagen de la portada te llamó la atención.  ¿Sabes qué siente un niño cuando ve una moto pasar?  Ellos, son el rostro absoluto de la importancia de la capacidad de asombro en la vida. Sus ojos reflejan el estado consciente con el que debemos apreciar el mundo, las realidades. Es posible que tu propia hija o hijo alguna vez se haya preguntado porqué nos vemos tan felices cuando vamos en moto.   Si, alguna vez tienes la dicha de ser madre o padre, dale la oportunidad de acercarse a un(a) motociclista y deja que sus acciones te muestren lo que refleja su corazón. Es muy posible que nunca en su vida olvide las ganas que genera andar en moto. Los niños, seres valientes, que merecen todo lo mejor en la vida y nos entregan día a día tremendos mensajes. En la siguiente lectura comprenderás todo lo que significa desear tanto algo, que podría servir para salvar hasta una vida.

Desde la experiencia de escuchar historias, quiero elevar tus más profundos deseos, desde lo que ha significado llevar al límite y poner a prueba la resistencia física. Dormir sólo minutos entre un día y otro. Recorrer sin parar más de mil kilómetros. Caer un sin fin de veces y volver a levantarte.  Con una sonrisa de agradecimiento; sentir la vida en las manos, en el cuerpo. Yendo segundo a segundo, en un absoluto estado de trance y deseos interminables de jamás detener el motor. Jamás volver a bajarte de la máxima pasión en la vida: La moto.

Vamos a comenzar por invitarte a escuchar una canción, “FREE BIRD” de Lynyrd Skynyrd.

Lo que dure esa canción, te permitirá leer en calma y acelerando poco a poco ese irremediable deseo de tocar la moto, acariciar su estanque, darle las gracias por permitirte sentirte viva(o) otro día más.  La canción “Free Bird” fue escrita por Lynyrd Skynyrd, conmemorando la muerte de un famoso Blusero norteamericano, quién falleció en moto (Duane Allman).  Es considerada como la canción de mayor duración  (9 min. aproximados) de la banda y contiene uno de los solos de guitarra más apasionantes después de “Stairway to heaven”, de Led Zeppelin.

¿Te imaginas la pasión en absoluta mezcla con tu tema favorito en una ruta?

¿Lo viviste ya?

Tan sólo recordarlo me produce un escalofrío rico en el cuerpo. Un domingo matutino, tomando un café a la orilla de la ruta. Esperando al grupo para continuar un viajecito corto a la playa, a un cerro, a un encuentro. ¿Rico, no?

He conocido tremendos amantes de las dos ruedas, en el camino de la moto. Sus historias han generado más de una lágrima de emoción. Verlas y verlos contar sus historias, cuando sus edades van casi al doble que la tuya, pero con la convicción de que su reloj de vida se ha congelado sólo para sentir la pasión al máximo; lo único que te hará pensar es que querrás ser como ellos. Inspiradores, Hermosas personas. Pues bien, ahora que ya tienes una pequeña intro de lo que significa entrar en un estado apasionado, te voy a contar una historia.  La raíz absoluta del porqué he decidido escribir “Yo, quiero una moto” – que espero te guste mucho-, la que recuerdo con el corazón en mis manos.  Éste es el relato sin filtro de una conversación con alguien que ya no está en este mundo. Está ruteando en el otro lado del camino.  Si aún no comprendes porqué te hablé de los niños, la música y la inspiración,  Vas a encontrar el sentido de todo lo que te mencioné en la siguiente historia.

Hale y Juanito.

Había decidido quedarme ahí, muriendo. Total, ya tenía mis 2500 kilómetros listos, estaba tan cansado que sabía que no me quedaban ganas de seguir, pero la moto estaba prendida todavía,  botada y al otro lado de la calle. Estaba tan cansado que quería que se apagara sola, pero no sé porqué no lo hizo.  Me puse a cantar Free Bird, mientras agarraba el casco que me apretaba la garganta. Estamos claros que me estaba asfixiando, porque ni cagando me había incomodado tanto como en ese momento. Estaba cagado, eran las 2 de la mañana. no andaba nadie.

Me caí por culpa de una rama de mierda que estaba en el suelo. Claro, yo contaba las vueltas del reloj de mi moto, pá puro llegar a la casa. No estaba atento.  Intenté levantarme de una, pero me di cuenta que algo no estaba bien.  Me fracturé unas costillas y 2 dedos.  Tenía contusiones en ambos tobillos según el parte médico. Me rajé la pierna derecha en el muslo y para qué hablarte de la sangre, Fue fuerte el “pencazo”.

Comencé a temblar. Creo que me desmayé unas dos veces, porque el reloj me marcó 2 horas como si nada.  Un cuarto para las cinco de la mañana, la moto ya se había apagado. Y, me quedé sin luz.  Imagínate, solo y sin nada. Antes no habían celulares ni nada tecnológico. ¡Nada para llamar ni siquiera a mi mujer y despedirme por último, hueón! Me puse a llorar, no podía levantarme, me sentía desesperado. Volví  a cantar Free Bird, pero con tanta rabia y fuerza que sentí las ganas de irme cantando. Mi cuerpo estaba frío ya.

Aquí, viene lo bonito de ser tan apasionado (…).Una familia, a kilómetros de su casa, decidieron salir mucho más temprano a vacacionar ese fin de semana. ¿Te conté que era un viernes de madrugada?

Alejandro, un niño, ¡hueón! Un niño me salvó la vida.

El cabro chico, apasionado por las motos, se conocía todo lo que las motos producen, desde los sonidos hasta los olores.  El cabro tenía como 13 años, e iba viajando en el asiento de atrás de ese auto que estaba pasando por la misma ruta que yo. ( camino I- 80-G, ruta a Pichilemu, cerca de “LAS DAMAS”). Y así me lo relató: Iba tan aburrido porque la hora no servía para ver motociclistas en ruta, que empezó a pedirle al papá que pusiera música de motos en el auto. El resto de la familia iban con dolor de cabeza por culpa del cabro (jajaja). 

Hueón. Se sabía de memoría Free Bird.

Fue tanto el anhelo de pillarse un motociclista que a la altura de las Damas, bajó el vidrio de la ventana para ponerse a cantar y, entre el reto de los papás, se quedó callado 1 segundo, un puto lindo segundo. En ese momento nos conectamos. ¡Me escuchó cantar por la chucha! Inmediato le dice al papá que escuchó alguien gritar y pide que paren el auto.  El papá estaba enojado porque el cabro chico no paraba de dar jugo. Pero paró igual. Yo sentí el frenazo del auto y agarré un aire que no sé de dónde salió – a parte que con costillas quebradas no puedes ni respirar – y grité cómo si fuera la última vez que lo haría.

Me escucharon. Me vieron. El janito y su familia me salvaron.

Janito, murió en un accidente de auto. Antes del día de su muerte, a los 30 años, hablamos por teléfono. Yo le tenía lista una moto de regalo. Mi propia moto. Yo, con 78 años ya no podía seguir en ruta, pero él era un apasionado de las motos y hablamos por el resto de la vida. Él, tenía una Harley. Rica su moto. La mía era fierro japón, Intruder 750 y estaba a punto de dársela a quién siendo tan chico, escuchaba y amaba la misma canción que yo. Ese cabro chico tenía una vida privilegiada: Ser un apasionado por la moto. Te juro que lo quería mucho. Mi familia entera lo amaba a ese cabro.

Si alguna vez te pasa algo. Recuerda que siempre, puta, siempre habrá alguien que se conecta contigo. No sé si es divino, no sé si fue la música, la misma pasión. Pero ese cabro chico, yo creo que se duplica en todo el mundo. Espero que me esté esperando arriba. Lo amo por ser un apasionado. Lo extraño mucho y no hay día que el dolor de perderlo no me recuerde porqué debo seguir amando la vida y la moto.

-“Entonces, ¡que me bajen muerto!, porque sobre ella siento que viviré eternamente”.  

Relato directo de “Hale” (nombre nick). Quién ya está ruteando eternamente con “janito”.

Somos seres libres, nos vemos y nos sentimos así. No olvides que un ser motociclista, sea mujer u hombre, es el reflejo de decisión y ganas de vivir intensamente. En este relato te dejo el sentido de vivir de la pasión. La que sea. Ella, te conectará, te aseguro que te conectará de por vida con quienes realmente quieren volar como tú. Deja que la vida le muestre el camino a los que vendrán. Free Bird.

Un extracto de “YO QUIERO UNA MOTO”. Te doy gracias por llegar hasta aquí, leyendo.

¡SIGAMOS VIAJANDO!

Carlos Felipe
@cafelipenova / Benelli Rider.
Especialista en innovación y Creatividad.
Columnista DOMINANDORUTAS.CL